La mulata de Córdoba
Cuenta la leyenda que, allá por el siglo XVII se fundó la ciudad de Córdoba. Allí llegó sola una mujer mulata muy hermosa. Todos los hombres quedaban prendados con ella a su paso. Pronto, su presencia en la ciudad comenzó a tener reacciones contrapuestas. Algunos la rechazaban, los supersticiosos decían que tenía un pacto con el diablo; que tenía poderes mágicos que le permitían estar en dos lugares al mismo tiempo.
Otros la veneraban porque decían que era una virtuosa en las artes de la medicina y era capaz de curar solo con hierbas.
Ante todos los rumores que se fraguaron, la Santa Inquisición no tardó en apresarla y enviarla al presidio de San Juan de Ulúa acusada de brujería. Allí esperaría al día de su muerte en la hoguera. En su celda, encontró un trozo de carbón y empezó a dibujar con todo lujo de detalles un barco en la pared. Una noche, mientras el carcelero de turno dormía, desapareció en la nave. Al día siguiente, se encontraron al carcelero con la razón perdida aferrado a la reja del calabozo vacío.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario